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CUARTA FASE

Opciones de tratamiento quirúrgico

Si estas evaluaciones arrojan resultados concluyentes entonces se discute el caso en comité y se decide que cirugía realizar, se informa de la opción junto con el médico tratante, al paciente y su familia y si están de acuerdo se procede a la cuarta fase del protocolo, la cirugía.

En este momento se toma la decisión de cual es la mejor opción quirúrgica para el paciente y se emite la recomendación, es posible hacer diferentes procedimientos como los a continuación descritos.

  • CIRUGÍAS PALIATIVAS

    Cuando no es posible resecar el foco epileptógeno porque puede dejarle muchos problemas al paciente se puede realizar cirugías donde solo se aísla la parte de cerebro que produce el problema y esto evita que la convulsión se disemine al resto con lo cual la intensidad y frecuencia de las crisis disminuye.

  • RESECCIONES

    Se realiza cuando es posible quitar la porción de cerebro productora de las descargas epilépticas sin alterar severamente las capacidades del paciente. Siempre, durante el procedimiento se realiza una ELECTROCORTICOGRAFIA para corroborar fisiológicamente la localización exacta del foco epileptógeno, previo a resecar el área anormal. Cuando existe duda, ocasionalmente, es necesario colocar electrodos directamente sobre el cerebro y hacer un monitoreo de EEG más prolongado de incluso de 2-3 días de duración para determinar con mayor exactitud el lugar de inicio de la convulsión, cuando esto sucede, se realiza la cirugía en dos tiempos, uno, en el que se colocan los electrodos y otro, donde se realiza el tratamiento.

    Es la cirugía que ofrece mayores posibilidades de curación.

    Cuando se concluye en el análisis preoperatorio que es posible retirar el área del cerebro que produce la descarga epileptógena sin problemas para el paciente se realiza este tipo de cirugías que incluyen desde resecciones de pequeñas porciones de cerebro hasta grandes cantidades como en las lobectomías.

  • Cuidado de seguimiento

    Después del alta, los pacientes continúan estando bajo la atención de su propio médico con excepción de evaluaciones de seguimiento que normalmente se programan dos meses y un año después de la cirugía.

    Como paciente, tiene que estar consciente de que:

    La cirugía tiene por objetivo principal MANTENER AL PACIENTE LIBRE DE CRISIS, esto depende del tipo de epilepsia y la localización del foco y es posible tener porcentajes de curación de hasta un 100%.

    Si se logran controlar las crisis se evitará el deterioro neurológico que acarrea la evolución a largo plazo de la epilepsia.

    Es mejor realizar la cirugía a una edad temprana porque tiene mejor resultado que en el paciente mayor porque el cerebro infantil puede restablecer las conexiones neuronales adecuadas para cumplir las funciones de las áreas resecadas.